La calavera
(Diego Corona)
Siempre los huesos le dieron
pero por no tener carne se fueron
dejándola solo en el abandono
para convertirse lentamente en abono.
Estaba la calaca flaca
Escribiendo su lista de muertes
Gritando muy entusiasmada
Con estos tengo por hoy
Pues ya son más que suficientes.
Me he llevado de esta vida,
a sus personas queridas
Dijo la flaca temida.
A lo que esta familia intrépida
te dice con toda su alegría a la vida.
Ellos viven por siempre, ¡querida!
pues están en el cielo con gran dicha
y tus comentarios, amenazas e intrigas
ya no son bien recibidas.
Así que ven cuando quieras mi muy desafortunada
flaca, ya no tan temida.