11/18/2021

Leyenda

Los reyes escuchan nuestros deseos
(Emiliano Villarreal)

En el centro de Guanajuato existía un chico de 6 años al cual le decían Alex y nunca le había faltado comida gracias a los grandes esfuerzos de su madre y padre con quienes tenía una buena relación, sin embargo vivían en una zona llena de peligros, drogas y robos, sus amigos y parientes estaban metidos en esto, aunque esto nunca le llamo la atención a Alex, su padre de nombre Ignacio Sola era un hombre que nunca se escuchaba por el vecindario y cuando se escuchaba siempre era con murmullos, era un hombre misterioso quien parecía tener algo que ver con la delincuencia sin embargo todo esto era mentira ya que Ignacio solo estaba preparando una sorpresa para el vecindario un hermoso y detallado pesebre, pero para Alex solo eran rumores ya que él siempre lo vio como un héroe.


Mientras tanto su madre de nombre Patricia Sola una mujer amorosa, tierna, cariñosa y presente en la vida de Alex le hacía de comer un rico chocolate caliente ya que afuera hacía frío y se acercaba el día de los reyes magos, con este motivo Alex escribió una carta a los reyes magos lo que escribió fue -“querido Gaspar, Baltazar y Melchor yo se que están demasiado ocupados dando regalos a todos los niños de todo el mundo pero yo solamente les pido una flor de noche buena para poder dejarla junto al pesebre antes de que se lo lleven att: Alex”- 


Después de aquella petición Alex con un enorme suéter salió a jugar con sus amigos durante toda la tarde, en la noche su madre lo llama para cenar, estando en la casa toda la familia Alex pregunta -¿Cuando quitarán el pesebre?- su madre le contesta -¿ en dos dias hijo por que?- Alex no contesta y solo siguen comiendo la preparada sopa que con mucho esfuerzo realizo Patricia y charlando sobre cosas diferentes.


Pero al momento de irse a acostar Alex cuando por fin estaba por cerrar los ojos, ve hacia la ventana de su cierto y observa cómo todos los jardines del vecindario se están tornando con un color rojizo gracias a las flores de noche buena que antes había pedido, en las montañas que habían a su alrededor también habían muchísimas flores nochebuena y así feliz Alex se fue a acostar pensando que todo aquello había sido un sueño, a la mañana siguiente Alex rápidamente vio hacia la ventana de su cuarto donde observo que todo su vecindario se llenaba de colores y todos asombrados y contentos fueron a dejar su pequeña flor de noche buena a un lado del pesebre donde dormía feliz y contento el niño Jesús.


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