10/18/2021

Leyenda

 El velador
(Emiliano Villarreal)

Se murmura entre los habitantes de Guanajuato que una noche no hubo electricidad en toda la ciudad, es una historia de la que no se habla porque hubieron pocos testigos. 

Era el primero de diciembre de 1998, con la ciudad a oscuras un grupo de jóvenes de 15 años se aventuraron por las peligrosas calles de Guanajuato sin el permiso de sus padres, y siendo malos estudiantes su primer objetivo sería la escuela secundaria número 13, caminaron al rededor de ella, dentro se encontraba un velador de tez morena y de alta estatura, desarreglada, amargado y gritón que se alertaba hasta del pájaro que sobrevolaba la escuela. Los chicos entraron saltando unas pequeñas rejas, la escuela decorada estaba de velas, llena de papel picado de distintos colores, pan de muerto y un hermoso altar que los estudiantes habían elaborado. Aquel día el velador no había tenido una buena noche, su esposa lo había engañado, su hijo estaba desaparecido desde hace dos semanas y por si fuera poco le habían rebajado el sueldo. El velador era excelente en su trabajo había participado en las guerras más duras de la milicia, pero en ese momento al hombre lo lleno la ira y el enojo al escuchar ruidos dentro de los salones, paso de ser un hombre normal a ser un psicópata el cual dejo de comprender el sentido de la vida.

En ese momento sus manos se mancharon de sangre de los jóvenes, a los que no les tuvo piedad. Su mente estaba dominada por el odio y ahora tenia decidido ir tras el amante de su esposa, se vistió y arreglo para la ocasión y para pasar desapercibido dentro de la fiesta pueblerina donde se encontraba aquel hombre. 

Vistiendo de un elegante traje negro y de un maquillaje imitando a un cráneo, subio a su auto y se dirigió hacia la fiesta, cuando un excompañero de la milicia, ahora convertido en policía, lo detuvo y al no reconocerlo se comportó de manera grosera, mal educada y humillante; ignorándolo avanzo pero el policía le grito ¨venga o le meto un tiro¨, retrocedió con su coche a máxima velocidad hasta atropellarlo; metió su cadáver en la cajuela del coche donde se encontraban los otros tres cuerpos que estuvieron en sus manos. Llegando a la fiesta sin comer, sin saludar a nadie y con una mirada sin fondo se dirigió con su esposa quien estaba riendo y bailando con su amante. El no hizo ninguna escena y sin alarmar a nadie solo llamo al tipo para que lo acompañara atrás del escenario, donde por  el baile de catrinas, la música y las risas no se escucharon los auxilios ni gritos del hombre quien estaba siendo mutilado en vida.

Después de eso, se llevo y el cuerpo y lo puso con los demás en la cajuela y se alejo de la fiesta sin que nadie lo viera.

Solo le quedaría objetivo de aquellos quienes habían secuestrado o desaparecido a su hijo 

Se dice que cada día se viste como catrín, y sale a buscar a su hijo y no dejara que nada ni nadie se interponga en su camino y quien lo haga acabara en la cajuela de su coche. 

No se han encontrado ni los cuerpos ni al velador, por lo que cada vez que veas a alguien con la mirada perdida y vestido de catrín no te acerques que puede ser que te interpongas en su camino.


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